lunes, 2 de junio de 2014


Homenaje y Retazos biográficos
del escritor donostiarra D. Antonio Peña y Goñi. 
(San Sebastián 1846-1896)


D. Antonio Peña y Goñi


Antonio Peña y Goñi
Nació en San Sebastián, 1846, falleció en Madrid, 1896) Musicógrafo, crítico pelotazale y gran aficionado a la Tauromaquia
Traigo
a esta página como un homenaje póstumo al polifacético escritor donostiarra D. Antonio Peña y Goñi. Literato de nota, intelectual brillante, académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Comendador de la Orden de Isabel la Católica, caballero de la de Carlos III. Cruz del merito Naval, y adjudicatario de otros muchos nombramientos y honores relevantes, conquistó notoriedad ejerciendo el periodismo y especializándose en tres materias tan distintas como (la música; la tauromaquia y la pelota-vasco).
Escritor partidario de la precisión, puede decirse que D. Antonio recogió en sus libros y artículos lo más sobresaliente del movimiento registrado a lo largo del siglo XIX en los tres campos citados.
Por ser ajenos al tema que aquí estudiamos pasaremos por alto, la música y la tauromaquia, en los campos que nuestro personaje alcanzó gran popularidad.
Me centraré en lo que me ocupa que es nuestro deporte la pelota-vasca.
Entre estos libros antiguos y agotados sobre el deporte vasco por antonomasia se encuentra (La Pelota y los Pelotaris) de D. Antonio Peña y Goñi, editado en el año 1892, en la imprenta D. José M. Ducazcal de Madrid, y dos años más tarde se volvió a reeditar en San Sebastián. En este libro, que es una fuente de información sobre la pelota y del que han bebido todos aquellos que pretendan efectuar un estudio sobre nuestro juego de la pelota.



Aspecto que presentaba el frontón “Jai-Alai” del barrio donostiarra de Ategorrieta, el día de su inauguración año 1887,

Me centraré en lo que me ocupa que sea nuestro deporte la pelota-vasca.
Creo que, aunque no sea más que entre los muchos aficionados que hay actualmente en el país, otra reedición de la obra de Antonio Peña y Goñi tendría una espléndida acogida.
D. Antonio Peña y Goñi la idea de que la pelota pudiera nacer en la Grecia pagana, posibilidad que admite, no parece inquietarle gran cosa.
En realidad no le preocupa nada el origen del juego popularizado en el mundo por los vascos: “Las disquisiciones históricas, expresa en un tono un tanto irónico, me llevarían probablemente a averiguar que los primeros jugadores de pelota fueron Adán y Eva y la primera kantxa abierta el Paraíso”.
Y continua añadiendo que “desde Adán y Eva hasta Perkain, Azantaz y el hijo de Simón de Arrayoz, hay una barbaridad de siglos, lo mismo que voy a saltar, con permiso de los lectores, para fijarme en los comienzos del siglo XX, que señala la importancia del juego de la pelota en la (Región Vasco-Navarra).
Para cuantos sienten interés por la historia de la pelota-vasca es una suerte que Antonio Peña y Goñi se desatendiera de las múltiples versiones prehistóricas o, pseudo históricas que han circulado y siguen circulando en torno a la autoridad del juego de la pelota.
De haberse perdido en ese mundo farragoso de los esferisterios, el harpastum, el aporraxis o el urania, es probable que no hubiera podido centrase en el estudio del pasado siglo XIX como lo hizo para darnos una relación muy completa de una etapa, de un periodo histórico de excepcional interés, ya que en su curso se produjeron las sucesivas evoluciones que llevarían al juego a su fase actual.
La página en la que Antonio Peña y Goñi se burla un poco del fervor historicista, se cierra en el siguiente párrafo, que transcribo para el lector y en el que se aprecia el entusiasmo que sentía el ilustre periodista donostiarra por su país.
“Raza admirable, hombres de fisonomía inteligente y fiera, de miembros vigorosos y musculatura de acero, dotados de una ligereza que ha dado margen al proverbio francés: “Il saut comme un basque” amantes de su país hasta el exceso, altivos e




Independientes, sobrios, honrados y trabajadores, los vascos se han distinguido siempre en el juego de la pelota y ha hecho de las varoniles luchas de los frontones y las plazas, un espectáculo que puede calificarse de indígena, y en el que nunca ha conocido rival
La importancia de D. Antonio Peña y Goñi en la historiográfica de la pelota-vasca especialmente en todo lo que se refiere al siglo XIX, es enorme.
Sin temor a incurrir en la exageración puede afirmarse que no es posible comprender, y mucho menos interpretar, los muchos acontecimientos y evoluciones técnicas que se produjeron en el siglo XIX, que fueron trascendentales en el desarrollo de nuestro deporte y de sus diversas modalidades, tal como hoy en el siglo XXI, son practicadas, sin pasar por Antonio Peña y Goñi.

Es como una asignatura obligada para el investigador.


Corría el año 1887. Iba a inaugurarse un frontón que acababa de construirse en el Paseo de Ategorrieta. Se trataba de una instalación preciosa, descubierta, con palcos elegantes y con un aforo considerable para la época.
Su empresario era D. Lucio González Iribarne. El nuevo juego de la pelota iba a necesitar un nombre vasco.Serafín Baroja estaba entonces en candelero; una letra suya acababa de quedar integrada a la marcha de San Sebastián, de Raimundo Sarriegi.
El empresario se acerca un día al poeta y le pide un nombre vasco para el nuevo frontón del barrio de Ategorrieta: y D. Serafín Baroja le da el de Jai-Alai (Fiesta Alegre) en castellano.
Y evidentemente la expresión “Jai-Alai”, resulta grata para el lector. El otro ingrediente es el de la eufonía y también resulta evidente que la palabra “Jai-Alai” al ser pronunciada de viva voz adquiere una especie de musicalidad rimada, ciertamente atrayente.
Puede que aquí residiera el secreto de que la palabra ideada por D. Serafín Baroja hiciera fortuna.Porque el hecho es que el “Jai-Alai” donostiarra le fueron sucediendo muchos frontones, en buena parte del mundo.
Madrid, Zaragoza, La Habana-Cuba, México, Miami, Nevada, Orlando, Shangai-China y en las islas Filipinas Manila y Cebú.

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