DESDE LA CONTRA-KANTXA
JESÚS ÁBREGO EN EL FRONTÓN
URUMEA, CONTRA UN GRAN TRÍO
“El Mago de Arróniz” Jesús Ábrego, restando
una pelota en el enfrentamiento contra el gran trío
SAN SEBASTIAN 3 DE ENERO DE 1936
Acertamos el otro día
al decir: Esperamos ahora a próximas actuaciones de Jesús Ábrego, preparémonos
a saborear su arte incomparable.
Ya en forma y con
moral brillará de nuevo en todo su esplendor. ¡Ya lo creo que brilló¡ Ayer
tarde acompañado de Erviti, era nuevamente enfrentado a un fuerte trío. Compuesto
por Azpiroz I-Arce-Zabaleta. Empatados a una victoria, iba la definitiva. Y
Jesús Ábrego venció ¡pero como¡. Puede decirse, sin ninguna duda, que la de
ayer ha sido una de las tardes más completas del genial remontista de Arróniz. Todos
se rindieron, sus contrarios y el público.
El fenómeno del
remonte se mostró ayer como quien es, la encarnación misma del remonte.
El domingo próximo
juega en el Urumea, acompañado de su hermano José Mari Ábrego (Ábrego II), contra
el trío Azpiroz I-Arce-Iturain.
De jugar como lo hizo
ayer, se presenta un gran conflicto para le empresa ¿Qué partidos ponerle?
¡Habrá que pensar en algún cuarteto¡
Las ovaciones
atronaron el espacio. Aquello parecía un sueño…Era el alegre despertar de un
fenómeno de todos los tiempos. Una resurrección de maravilla…
¡El tanto 29¡ pasará
mucho tiempo y ninguno de los aficionados que ayer llenaban el frontón Urumea
olvidará el tanto 29.
Estos son los componentes del trío que se enfrentó al "Mago de Arróniz"Azpiroz I, Francisco Arce y Zabaleta
Sacó Ábrego del
ancho. Arce levantó la pelota y surgió una lucha cerrada en los primeros
cuadros entre Azpiroz I y Arce y el fenómeno Ábrego, que devolvió tres
pelotazos imponentes de forma inverosímil de sus rivales.
Quieto, estático. ¡El
parón¡ Con su maestría incomparable dominó el tanto y terminó colocando la
pelota entre los dos delanteros contrarios que se quedaron viendo visiones. Una,
dos, hasta, tres estruendosas salvas de aplausos sonaron encendidas y
entusiastas en el ámbito del frontón.
Hubo espectadores que
enloquecieron de entusiasmo, arrojaron duros a la kantxa.
Nadie se cansaba de
aplaudir al “Mago del Remonte”
Una de las
innumerables genialidades del dios de Arróniz.
Por eso, con ser
mucho y muy grande de lo que ayer vimos en el frontón Urumea hubo algo que
destacó sobre todo lo demás ¡fue el tanto veintinueve¡
A partir de la
igualada a veintisiete, el trío solo de apuntó un tanto, mientras la pareja
llegaba a los 45 tantos concertados.
El marcador estuvo
favorable al trío 27-23. Jesús Ábrego desde el tanto veintitrés se fue derecho
al 38 ¡Quince tantos seguidos ¡ después el trío consiguió un tanto y Ábrego
acabó el encuentro con el resultado de (45-24)
Resumen después de la
última igualada 18 tantos para la pareja y uno para el trío.
Jesús Ábrego jugó
maravillosamente durante todo el encuentro.
Tan solo unos fallos
incomprensibles de Erviti, en la segunda parte del encuentro trajeron como
consecuencia una ligera ventaja del trío.
Fue entonces cuando
Arce (Chichán) se creció obsequiándonos con jugadas de mucha calidad. Pero esto
pasó cual ráfaga veloz.
El zaguero compañero
de Ábrego animado por la gran actuación de Jesús se enmendó y terminó siendo un
excelente colaborador del fenómeno.
En todo el encuentro,
pero de manera especial en la segunda parte no hubo en la kantxa más que un
pelotari, un artista que subió hace tiempo a las envidiadas regiones de la
inmortalidad…
Así, vimos totalmente
deshecho flotando por los últimos cuadros, a un Zabaleta a quien con rara
unanimidad se llaman “maestro”…A un Arce que al final en completa desesperación
se limitaba a pegar cestazos contra la pared izquierda.
Este aspecto presentaba el frontón “Urumea” de
San Sebastián el día del partido
Sin que sea necesario
hacer ahora apología del gran (Chichán).
A un Azpiroz,
soberbio cachetero convertido en juguete del “Emperador del Remonte”. Y es que
cuando Jesús Ábrego juega como lo hizo ayer, nadie puede hacer nada sino
resignarse a perder.
¡Juega él sólo¡
¡Cesta de oro¡
Pocos calificativos
más justos. Cesta imantada, prodigioso que seduce plenamente porque es oro de
ley.
Después de la
inolvidable jornada de ayer, sólo queda un grito como expresión de júbilo
incontenible.
¡Ábrego, Ábrego,
Ábrego¡
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