miércoles, 3 de febrero de 2016

HISTORIAS DE LA PELOTA-VASCA
JEAN HETRRENTXU (GASKONIA) Y SUS CONTEMPORÁNEOS
EN EL SIGLO XIX

Caserío donde nació el genio de la pelota-vasca,
Jean Hetrratxun (Gaskonia)

Hasparren-Pirineos Atlanticos-Francia año1817-1859

Como se deduce de los testimonios aportados, el héroe del partido de Irún fue Gaskonia, si bien todos los relatos tienen su origen en “purrukatus” forofos diríamos ahora del bando navarro-labortano (que no francés), que además resultó vencedor en el envite.
(La prueba evidente de la parcialidad de los testimonios es que, habiéndose resuelto el partido en el último “quince”, lo que indica la igualdad de fuerzas, no hay ni una sola referencia a la actuación de los pelotaris de la provincia que algo tendría que jugar, para perder por la mínima).
Volviendo al gran Gaskonia el gascón de quien ya hemos dicho que su verdadero nombre era Jean Hetrratxun, hijo de Salvat y de Catherine Borda, inquilinos ambos de la propiedad de Oiharartiri, en Hasparren (según consta todo en las actas de nacimiento) y bautismo de este pelotari, donde nació el 9 de abril de 1817. Contrajo matrimonio en Urcuit, el 20 de junio de 1840, con María Darrigol, sobrina del cura Barbine párroco de aquel lugar.
Jean Hetrratxun (Gaskonia) murió en Hasparren, donde residía, en el “Hotel du Jeu de Paume” a los 43 años de edad, el 24 de octubre de 1859.
No era pequeño de estatura medía 1.70 aproximadamente pero como era voluminoso y ancho daba la sensación de ser más pequeño. Se desconoce a ciencia cierta el origen del apelativo “Gaskonia” que unos atribuyen a la naturaleza de sus padres lo que no es cierto, puesto que sus apellidos son netamente vascos; como el hecho que de mozo hubiera estado trabajando como “morroi” en Gascuña; algunos aseguran que su padre ya llevaba este apodo y hay finalmente, quienes lo atribuyen al modo de ser, bastante fanfarrón, que tenía este pelotari. Como quiera que sea, con ese apelativo jugó hasta poco antes de morir. Si bien, había engordado tanto que prácticamente su participación se reducía a dirigir el juego de pelotaris más jóvenes, eso sí, con gran eficacia según parece indicar la estrofa cantada por un “bertsolari” con motivo de un partido jugado en Hasparren en 1855: Era, fundamentalmente jugador de rebote, su preferido.
Pero practicaba todos los juegos conocidos entonces a largo y a pasaka.
También se asegura que Gaskonia. Llegó a practicar el juego con el guante largo inventado por el Molinero de Mauleon en los albores de la segunda centuria del siglo XIX año. Respecto a esta versatilidad de Gaskonia en el juego de la pelota cuenta  d¨Elbee la siguiente anécdota. “Existía en Saint-Jean-Pied de Port, en la casa de Elizondo, un trinkete cuyo dueño era invencible, porque conocía todos los recovecos de la kantxa. Un día de feria se hallaba éste birlandole los cuartos a unos  aldeanos jugando al “pasaka” cuando un boyero detuvo su carreta, subió pesadamente las escaleras de la galería y se puso a contemplar el juego sin hacer demostración alguna. Bajó luego a la kantxa, muy torpemente pidió un guante, se lo puso y estuvo unos momentos ensayando en la kantxa, muy torpemente por cierto. Propuso luego un desafío al trinketero.
Este aceptó y ganó…Poco podía hacer aquel paleto gordo que ni siquiera comprendía las reglas del juego, y que ni siquiera podía pasar por debajo de la red cuando tenía que cambiar de lado. Sin embargo el obstinado campesino propuso una revancha, atravesando una respetable cantidad que se apresuró a aceptar…!más le hubiera valido no hacerlo¡
El pobre hombre no sabía ahora ni cómo defenderse de la avalancha de pelotazos que le llegaban de frente por alto, por bajo, en carambolas, con una precisión y una rapidez enloquecedoras. Los juegos se sucedían vertiginosamente y el obeso campesino, se mostraba cada vez más ligero y dominador; estaba en todas partes y se permitía pasar de un lado a otro, cuando le correspondía, saltando ágilmente por encima de la red.
En esto, de la galería que se había ido llenando de curiosos partió una voz que dijo ¡retírate, desgraciado, ponte a salvo¡ ¿No has visto que estás jugando contra Gaskonia? ”El relato de la anécdota parece dar a entender que Gaskonia aprendió en esta ocasión a jugar a “pasaka”. ¡Buena pieza¡ este Gaskonia que decidió aligerar el bolsillo de quien siempre parecía dispuesto a aligerar el de otros. Gaskonia, vivió, como pelotari, en olor de multitud y su fama palideció la de Perkain. Se cuenta, a este propósito, la anécdota del superior del Seminario de Larresoro que un buen día preguntó a un joven vicario, el P. Bode, que dividía su afición entre la oratoria y la pelota. Dígame, Bode, ¿Quién preferiría Vd.  Ser, Bossuet o Gaskonia?
Tras una breve vacilación, como temeroso de la heterodoxia de su respuesta, el joven seminarista confesó sin el menor asomo de duda: Gaskonia por supuesto.
Como ya habíamos dicho antes
Gaskonia murió el 24 de octubre de 1859. Fue una víctima más de los centenares que hubo en Lipurdi como consecuencia de unas terribles fiebres tifoideas, que se revelaron más mortíferas que los brotes de cólera advertidos cuatro o cinco años antes.
Le asistió en sus últimos momentos el vicario local, que era Gracián Adema, poeta y escritor que firmaba con el seudónimo de “Zalduby” (y a quien debemos el relato del partido de Irún que hemos consignado antes).
Gaskonia fue el más “celebre” en su doble acepción de pintoresco y famoso de los pelotaris de la primera mitad del siglo XIX.

El navarro. Cura Pelotari D. Joaquín Gamio, contemporáneo de (Gaskonia)

Pero hubo otros que si no alcanzaron la gloria de aquél, fueron en las kantxas dignos rivales suyos y que le vencieron en varias ocasiones.
De entre estos ya hemos tenido ocasión de hablar del cura Gamio, navarro como su asiduo contrincante. Vicente de Aranaz. Y como navarros, fueron Manuel Axko, Plaza, Bertatx y cuatro hermanos de Aranaz que actuaban con el apodo de “Urdiñak” y, ligeramente posteriores, el muy famoso Juan Miguel Iribas, polifacético jugador que lucía sus buenas cualidades como rebotista, como jugador de pasaka y también, si la ocasión lo requería como jugador de lashoa, así como Valentín Calatras, Lizureme y el apodado “Cartero de Andoain”.
De entre los jugadores guipuzcoanos cabría nombrar al cura de Legorreta D. José Usularri, a Irazusta, apodado “Tolosha” (hijo del jugador del mismo nombre y apodo, contemporáneo de Bautista  de Arraioz y Mitxiko, a Miguel o Manuel Azpide “Melchor”, de Oyarzun (que recordamos del partido de Irun), y del que muchos decían que era mejor, incluso que Gaskonia y le llamaban “el Rey de la pelota”; a Manuel Antza, gran sacador, tanto en el rebote como en el largo; a Ramón Iradi, recordado como el “Zurdo de Hernani”, muy temido por sus rivales en el saque a largo; a su hermano conocido como “Motza”, especialista en el saque a rebote; a Fagoaga, de Bera de Bidasoa, apodado “Arrozko”.
No podemos olvidar tampoco al cura de Lesaka D. Juan Bautista Iribarren y en especial a Manuel Lecuona “Urtxalle”, el más destacado jugador de los territorios vasco-meridionales, “extraordinario pelotari y hombre notabilísimo”.
A todos los cuales sucedería, cuando ya apuntaban su decadencia como señala Peña y Goñi el famosísimo Txikito de Azpeitia, “jugador admirable que los barrió como un huracán y recogió con Urtxalle las postrimerías del último juego”.
Por Blazy, que rescató sus nombres del olvido, conocemos de otros pelotaris vasco-septentrionales, es el caso de los Lopetegui de Saint-Just, Merkalbide, Saint-Jean

El histórico pelotari vasco  Manuel Lecuona (Urtxalle)


De Mauleón “Molinero”, Mitxel Dihursubehere “Hauziartze”, “Tripero”, “Kandelero” (aparece citado con ambas denominaciones), Dettxepare, Larrondo, Norberto, Belchor y de posterior aparición, Bixente, Eliissamburu, Ottarre y Harriague.

A todos cuyos nombres aún cabría unir al Txikito de Aranaz, al farmacéutico de Billabona, Inda, Pascual Altamira, Orgambide, Coutelier y Txantrea.

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