"Historias de la pelota-vasca"
Los primeros campeonatos de remonte-individual se celebraron en el verano del año 1915, en el
frontón
de verano descubierto frontón “Jai-Alai” del barrio Donostiarra de Ategorrieta,
participaron los cuatro “Ases” del cuadro Pequeño de Elgoibar, Arzamendi,
Berolegi y
“El León Navarro” Joshé Irigoyen.
“El León Navarro” Joshé Irigoyen.
Programa anunciador del
“Campeonato-Individual de remonte” en el frontón descubierto de verano el frontón “Jai-Alai” en el barrio donostiarra
de Ategorrieta.
En el año 2018 la modalidad de pelota vasca el remonte cumplió 114 años de vida. La cesta de mimbre que introdujera el
pamplonés Juan Moya Bernedo el año 1904 en el frontón "Juego-Nuevo" de pamplona, pronto recibió la aceptación de los pelotaris que jugaban
bien con guantes de cuero o bien a mano descubierta.
El Guante, el 1º inferior que fue desplazado por el remonte 2º superior
en el año 1904 año de su invención por el Pamplonés Juan Moya Bernedo
San Sebastián 25 de Julio de 1915
La ciudad de San Sebastián en la que por aquel
entonces se respiraba un aire liberal y aristócrata no tardó en adoptar aquella
nueva modalidad que fusionaba el juego tradicional con las nuevas corrientes, y
la Empresa de Pelota del Moderno congregó a las mejores figuras que destacaban
en la cancha.
La afición remontista no cesaba de aumentar. No había
día en que no se editara alguna crónica sobre estos partidos, que en aquellos
primeros años prevalecían incluso sobre el fútbol.
Los partidos solían ser de dobles, individuales, de
uno contra dos o incluso de dos contra tres. La empresa procuraba hallar el
equilibrio entre las parejas atendiendo a su nivel deportivo, y también para
decidir el cuadro por el que iba a realizarse el saque. Así es como empezaron a
organizar campeonatos.
Para dar con noticias sobre los primeros campeonatos
que tuvieron lugar en San Sebastián, se han de hojear los antiguos periódicos
del verano de 1915, fecha en la que se celebró un majestuoso campeonato
individual entre los cuatro mejores pelotaris del momento.
Aspecto
que presentaba el frontón Jai-Alai Donostiarra en la celebración del
“Campeonato-Individual” de remonte del año 1915.
“Campeonato-Individual” de remonte del año 1915.
Tales jugadores no eran otros que Pequeño de
Elgoibar, que jugaba en Pamplona, y Arzamendi, Berolegi e Irigoyen, de San
Sebastián. Los partidos a jugar eran dos: el día de Santiago tendría lugar el
de Pequeño de Elgoibar contra Julián Arzamendi, y el siguiente sábado el deFelix
Berolegi contra Irigoyen. La gran final entre los vencedores se celebraría el 8
de agosto. Todos los saques se habrían de realizar desde el noveno cuadro. El
campeón no sólo se alzaría con el preciado título, sino que además obtendría
una medalla y un premio dotado con 500 pesetas. Los partidos se jugarían en el
frontón descubierto Jai Alai de Ategorrieta, a las cuatro y media de la tarde,
y en el caso de que hiciera mal tiempo, en el frontón cubierto Moderno de
Atocha. El punto de venta de las entradas estaba localizado en la Central de Automóviles, en el número
1 de la Alameda (en el Hotel Central del Boulevard). Todas las sillas, palcos y
galerías estuvieron llenos a rebosar en los tres partidos. Ni tan siquiera el
doble de gradas habría sido suficiente como para dar cabida a todos los
aficionados. Había espectadores incluso en el tejado. En lo que respecta al
precio de las entradas de este Campeonato, hay señalar que los palcos de ocho
estaban a 22 pesetas, las sillas numeradas de la cancha a 3, y los bancos de la
cancha a 2 pesetas. Las primeras filas de la galería costaban 1,25 pesetas, y
las restantes 0,75.
El pelotari Navarro Joshé Irigoyen “El León Navarro” que participó en el
campeonato-individual de remonte, y que perdió frente al gran remontista
Azpeitiano Felix Berolegi
Concentrémonos, pues, en el partido. La cátedra en la
primera eliminatoria presentaba una desproporción de 20 a 15 a favor de Pequeño de
Elgoibar; no obstante, Julian Arzamendi se impuso sin dificultad alguna y el
partido finalizó con un resultado de 50 a 33. A ambos pelotaris les resultó muy difícil
mantenerse al margen del ambiente reinante, y si bien al principio no
realizaron un buen juego, Julián terminó por ser el vencedor absoluto frente al
elgoibartarra.
En la segunda vuelta para la final, celebrada el día
de San Ignacio, Berolegi tuvo como contrincante al joven Irigoyen. El
periodista del diario republicano La
Voz de Guipúzcoa aseguraba que el ambiente en Ategorrieta superaba con
creces al que se respiraba durante la época dorada.
La cátedra se inclinaba por Felix Berolegi, a pesar
de ir perdiendo 27 a
18, y haberse caído y lastimado la cabeza. Los espectadores se llevaron un buen
susto cuando tuvo que ser conducido a la enfermería, aunque sus temores se
disiparon al observar que regresaba a la cancha. Y no defraudó a sus
seguidores: lleno de ímpetu, consiguió empatar en dos ocasiones, a 28 y a 32, y
no tardó en tomar la delantera, consiguiendo el pase para la final gracias a un
resultado de 50 a
42.
La empresa organizó partidos previos a la celebración
de la final entre las cuatro figuras, de parejas, de perdedores contra
ganadores. El primer día de agosto, cuando Irigoyen y Pequeño de Elgoibar iban
ganando 4 a
2, la lluvia obligó a suspender el partido, que tuvo que postergarse hasta el
día 5. Tres de los pelotaris, junto a Vega, partieron hacia el frontón Moderno.
¡Apenas había espacio para albergar a la cantidad de espectadores, que
acudieron en tranvía, en coche y en automóviles! El partido concluyó con la
victoria de Irigoyen y Vega, frente Arzamendi y Pequeño de Elgoibar, con un
resultado de 50 a
39. En el segundo partido, que tuvo lugar el 5 de agosto, Berolegi y Arzamendi
arrasaron y dieron una inmensa paliza a Irigoyen y Pequeño de Elgoibar, ganando
por 50 a
26. Los rojos no consiguieron imponerse en el marcador ni en una sola ocasión.
Por fin, llegó el día de la gran final. A las cuatro
y media de la tarde el Frontón Jai Alai, ofrecía un aspecto inmejorable. Se
respiraba una gran excitación, ya que el primer partido de la jornada iba a ser
nada menos que la final.
Los dos pelotaris finalistas del Campeonato
Individual de remonte.
Julián Arzamendi Larrea y Félix Berolegi Orbegozo
Julián Arzamendi Larrea y Félix Berolegi Orbegozo
Los jugadores fueron recibidos en la cancha con una
gran ovación. La cátedra se inclinaba con una ventaja de 20 a 12 por Arzamendi. El
saque le correspondió a Berolegi, y marcó cuatro tantos seguidos. Las apuestas,
sin embargo, apuntaban a favor de Arzamendi. No tardó en empatar a cinco y
adelantarse en el marcador. Julián mostraba una gran maestría en aquello que
los entendidos llamaban toque.
Berolegi, por su parte, quería demostrar que su habitual destreza era más que
suficiente para derrotar al león.
Cada tanto que marcaban constituía toda una pelea, y el público no cesaba de
aplaudir el magnífico espectáculo que estaban ofreciendo. A partir del empate a
19, fue Felix Berolegi quien se antepuso. La gente que apostó por lo bajo se
mostraba satisfecha y confiada en su victoria. Durante los siguientes tantos no
hizo sino mantenerse la proporción, y se produjeron muchos empates, a 23, 25,
26, 28, 30 y a 37, este último de los más peloteados, que marcó Berolegi.
Jugaba en los cuadros delanteros unas pelotas muy difíciles, logrando derrotar
al poderoso contrincante. Los espectadores se pusieron en pie para aplaudir al
famoso delantero.
Se produjo otro empate a 38, y un último a 43. De ahí
en adelante Julián Arzamendi se impuso haciendo gala de una fuerza pasmosa.
Julián llegó a la última vuelta sin que Felix Berolegi marcara más de dos
tantos, que en esta última fase no llegó a demostrar ni un cuarto de lo que
venía realizado durante el partido. Estaba irremediablemente doblegado a la
bravura del extraordinario contrincante. Así, aquel primer Campeonato de
Remonte finalizó con un resultado de 50 a 45.
Ambos jugadores contaban con una nutrida afición que
les dedicó una larga ovación. El periodista del diario El Pueblo Vasco afirmaba haber disfrutado de uno de los mejores
partidos de la encipiente historia del remonte. El partido se prolongó durante
dos horas, una duración inusual para tratarse de la modalidad individual; de
hecho, los pelotaris tuvieron que sentarse en varias ocasiones para recuperar
el aliento. Terminaron extenuados. No olvidemos que por aquel entonces
acostumbraban a jugar con alpargatas, y que durante los partidos que por lo
habitual se disputaban a 50 tantos las rompían unas dos o tres veces.
La cátedra perdió por haber apostado en exceso por
Julián Arzamendi. El tanteó les obligó a realizar varias modificaciones para
equilibrar la desproporción inicial. Aquellos que jugaron por debajo, sin
embargo, no dejaron escapar la ocasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario