miércoles, 2 de abril de 2014

HISTORIAS DE LA PELOTA
HOMENAJE-PÓSTUMO AL DOCTOR E HISTORIADOR 
D. JOSÉ JOAQUIN ARAZURI DIEZ 

 
D. José Joaquín Arazuri Diez, con su gran archivo
De sus libros publicados

PAMPLONA AÑO 1877
D, José Joaquin Arazuri  Diez, nació en Pamplona el 1 de diciembre de 1918-falleció el 6 de noviembre de 2000) fue médico puericultor e historiador de su ciudad natal.
En su obra histórica sobre la capital Navarra (Pamplona estrena siglo”, Pamplona antaño”, Pamplona calles y barrios) se encuentran interesantes noticias de viejos y memorables frontones, que ha logrado localizar, reconstruir en el recuerdo y superponer sobre el actual callejero.
Había pequeños Trinketes de barrio, como el de pellejerías, hoy calle Jarauta, que era un modesto frontón donde nuestros antepasados, por pocos céntimos, disponían de la kantxa para jugar partidos de pelota.Y como el Trinkete de San Agustín, en la calle de su mismo nombre, que fue el precedente del nuevo Euskal-Jai “un Trinkete hermoso, con graderío en la parte posterior y grandes ventanas en la alta pared del lado derecho, con “frailes” en los ángulos del frente. Había además allí cuatro paredes para jugar al ble. Aquellos juegos de pelota, añade Arazuri, tenían la entrada común por San Agustín y salida por la Merced. Se utilizaron hasta finales del siglo XIX.
“El Eco de Navarra” de 2 de junio de 1877 publicaba la siguiente gacetilla: Anteayer a la tarde en el juego de pelota de San Agustín recibió un espectador un pelotazo tan horrible en las narices, que a las cuatro horas del suceso se le produjo una hemorragia que apenas podía contenérsele la sangre que vertía.
El facultativo, llamado a toda prisa por la familia del paciente, tuvo  que   emplear cuantos recursos enseña la ciencia para evitar las funestas consecuencias que este accidente pudiera ocasionar”.
Y hubo grandes instalaciones deportivas municipales que han estado vinculadas a importantes proyectos urbanísticos o a entrañables instituciones pamplonesas. Tales como el Juego-Nuevo de la casa de Misericordia y el Juego de Pelota del Salón Viejo de la Taconera. El Juego-Nuevo de la Misericordia, jugó un buen papel en su época como ayuda económica a los gastos de la Casa de Misericordia. Como ahora, mejorando lo pasado, la Plaza de toros. La Meca estaba entonces en el Paseo de valencia.
La fundación de esta Santa casa, escribe José Joaquín Arazuri, tuvo sus orígenes en el año 1692, en que por iniciativa del Ayuntamiento, se pensó en recoger “a los mendigos y pordioseros que, vagabundeaban de puerta en puerta, no viven cristianamente, la mayor parte de ellos por desconocer la doctrina cristiana y los artículos de nuestra santa fe”.
Con esta idea inicial y con el concurso de las Autoridades, Cabildo, Catedral, Ordenes Religiosas y vecinos de la Ciudad se comenzó la construcción de dicho edificio a un lado el Paseo de valencia, en el año 1702, inaugurándose el día 15 de agosto de 1706 y dedicándose a nuestra Señora de la Misericordia.
Aquel gran caserón, llamado la Meca, comprendía el actual comienzo de la calle García Castañón hasta su cruce con la calle Fernández Arenas casa nº 7 del actual Paseo de Sarasate, Cine Príncipe de Viana, caja de Ahorros Municipal y casas números 1 de García Castañón y 4 de Fernández Arenas.
“Para su mantenimiento se obtuvieron suscripciones de muchos pamploneses y de todas las Ordenes Religiosas, que aportaban sus limosnas en forma de harina, pan, legumbres, patatas y trigo.
A pesar de todas estas donaciones y limosnas, el mantenimiento de esta Institución fue más difícil de lo que en principio parecía teniendo que instalar un taller para conseguir nuevos ingresos.
“Al correr de los años, hubo épocas en que la situación económica llegó a ser bastante precaria como ocurrió en el último tercio del siglo XVIII.
Entonces el Ayuntamiento, con el fin de conseguir ingresos constantes, acordó el 28 de febrero de 1777 “que, a espaldas de la Casa de Misericordia en el sitio que hay contra la tapia de los patios de aquélla, el cual, por no ser útil para otro efecto, ha sólido servir de taller de canteros, se construya un juego formal de Trinkete para la pública diversión, y que el producto que rindiese se refunda en beneficio de la Casa.”
En el recinto de la Casa de Misericordia hubo dos juegos de pelota: un Trinkete y el llamado Juego-Nuevo. Lo certifican D. Teodoro de Otxoa y D. Pascual  Madoz en sus “Diccionarios” de 1842 y 1849 respectivamente.
Madoz amplía detalles diciendo que el Juego-Nuevo se usaba “señaladamente en las tardes de verano” y el Trinkete “más frecuentemente en el invierno y en los días lluviosos de todas las estaciones”
El Trinkete era un edificio, “una hermosa sala embaldosada de piedra con una galería baja y otra alta” .El Juego-Nuevo, descubierto, era “una hermosa plaza bien arenada y con gradería de asientos” Primero se construyó el Trinkete y después la plaza de rebote, a la que por eso se llamó el Juego-Nuevo.
“La entrada a la kantxa (del Juego-Nuevo) escribe J.J Arazuri, era por la casa nº 12 de la calle de San Ignacio (hoy la nº 4 de Fernández Arenas).
El frontón estaba en la parte del Paseo de Valencia, aunque entre ambos existía una casa donde se hallaba instalado el cuerpo de guardia militar anteriormente llamado del Principal, por haber estado en la Plaza del Castillo junto al Teatro Principal.
Encima del frontón había una red metálica para que las pelotas altas no salieran del recinto.
A pesar de ello, algunas pasaban por encima de la red e iban a caer al Paseo entonces los pintxes con el grito de ¡!Taconera¡¡ lo avisaban con el fin de evitar pelotazos a los transeúntes y para que estos viesen dónde caían.”
“Como curiosidad, prosigue Arazuri, hemos recogido las prohibiciones que imponía dicho frontón y que afectaban: A los gramáticos, para entrar a jugar o ver jugar; a los criados de los comerciantes, a los cuales sólo se les permitía la entrada los días festivos, a partir de las dos de la tarde; a los licenciados manteístas, los días de estudio; y a los sirvientes de las curias sólo se les dejaba entrar los días festivos y los días de tribunal, de una a dos y de cinco de la tarde en adelante.
El Juego-Nuevo llegó a centenario. Y a viejo.
El Eco de Navarra” de 12 de junio de 1877 denunciaba su estado lamentable: “En la plaza de rebote conocida con el nombre de Juego-Nuevo que tanta concurrencia atrae en la época que atravesamos, presenta un aspecto deplorable en la gradería baja, así como en los toldos y asientos de la galería alta, (aquí se llama “plaza de rebote y se dice que tenía toldos sobre los asientos de la galería alta). Por aquellos años se jugaba ya a blé y a mano; es decir, al frontón:
El 3 de septiembre de 1877 informaba “El Eco de Navarra”. “Anteayer se jugó en el Juego-Nuevo un buen partido de pelota a blé y a mano, siendo los contrincantes Karricalutxe e Ibarra contra tres afamados jugadores.
Después de una larga lucha, se suspendió, quedando iguales en el marcador y para continuarlo al día siguiente”.
Se jugaba también partidos de desafío con condiciones raras que atraían mucho público. El Gacetillero de “El Eco de Navarra” anunciaba el 15 de noviembre de 1877.
Según nuestras noticias, el  sábado próximo,, se jugará en el Juego-Nuevo un partido de pelota a blé y a mano que ha de llamar a dicho punto una numerosa concurrencia si el tiempo no lo impiden los partidos de los San Fermines de 1889 aparece un detalle curioso sobre el distintivo de los jugadores.
En vez de las fajas actuales, usaban txapelas rojas y azules. El detalle recogido por “El Eco de Navarra” lo facilita José, Joaquin Arazuri Diez.

Se celebró un partido a blé y a txistera entre jugadores argentinos y guipuzcoanos, llevando los primeros txapelas rojas y los segundos, azules.

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