lunes, 30 de noviembre de 2015


HISTÓRICA VOLTERETA DE MIKEL URRUTIKOETXEA
DEL 10-20 A 22-20 
DE UNA TACADA PARA CONQUISTAR
LA TXAPELA DEL CUATRO Y MEDIO DE LA LEP.M
ANTE UN IRUJO AL QUE SE LE ENCOGE EL BRAZO

Urrutikoetxea se proclama campeón del Cuatro y Medio tras una remontada
histórica frente al navarro Juan Martinéz de Irujo (22-20).
Vista:


Bilbao 29 de Noviembre de 2015
Mikel Urrutikoetxea protagonizó ayer una histórica voltereta en el frontón Bizkaia de Bilbao que le sirvió para coronarse como nuevo campeón del Cuatro y Medio de la LEP.M y cerrar un año mágico en el que hace unos meses también salió triunfador del mano a mano. El delantero de Zaratamo remontó un 10-20 adverso ante el defensor del título, un Juan Martínez al que se le encogió el brazo en los momentos decisivos y no supo cerrar un partido que tuvo ganado. El delantero de Ibero dilapidó una más que suculenta renta de diez tantos y claudicó ante el poderío de un rival que asumió riesgos con todo perdido. ¿Para qué? Para encadenar una docena de tantos (del 10-20 al 22-20) que le llevaron desde el infierno en el que se encontraba hasta el cielo del primer escalón del podio.

El monumental frontón “Bizkaia” en el barrio de Miribilla de Bilbao, que abrió 
sus puertas el 19 de Marzo de 2011

Con su triunfo de ayer ante la abarrotada grada de un frontón Bizkaia entregada a su ídolo, Mikel Urrutikoetxea se confirma como el pelotari de moda. Y no pasajera, precisamente. Si el pasado mes de junio se coronó campeón del mano a mano al batir en la final a Aimar Olaizola (pese a que el vizcaíno la disputó por la lesión del rival que le había derrotado en semifinales, Oinatz Bengoetxea), ayer se caló la otra txapela individual, la de la jaula, al vencer a Juan Martínez de Irujo. Es decir, que el delantero de Zaratamo no sólo ha conquistado los dos grandes campeonatos individuales del año, sino que lo ha hecho ante los dominadores de los mismos durante la última década. Sin duda, 2015 ha sido el año de su explosión definitiva. Y por lo visto en ambas finales, da la impresión de que ha llegado para quedarse
No le resultó sencillo a Mikel Urrutikoetxea regresar a lo más alto del podio. Tuvo que lidiar con un rival que completó un inicio de partido espectacular y con un arranque personal más que dubitativo. Y es que Irujo comenzó centrado y de salida se fabricó una ventaja de seis tantos. Pese a que fue Urrutikoetxea el primero en golpear, después de un tanto inicial de 19 pelotazos a buena y que cayó del lado del vizcaíno merced a un error de su oponente, Irujo no tardó en recuperar la iniciativa y, con un saque bien dirigido, abrió brecha con rapidez (1-7). Al vizcaíno se le notaba incómodo, pero encontró consuelo en el apoyo de su afición, más numerosa y ruidosa que la de Irujo por eso de jugar cerca de su Zaratamo natal, y en los consejos de su botillero, Pablo Berasaluze, vital para que su pupilo nunca bajara los brazos.
Aunque Mikel Urrutikoetxea levantó su ánimo y su juego, no le alcanzó para hacer grandes recortes. Irujo estaba jugando en plan campeón. Cada vez que su rival se acercaba en el marcador volvía a marcar distancias. Del 4-7, al 4-11. Del 7-11, al 7-17. Del 10-18, al 10-20. Parecía cuestión de tiempo, y más bien poco, que Irujo encontrara la manera de conquistar dos tantos más para calarse su cuarta txapela del Cuatro y Medio de la LEP.M. La 14ª de su carrera profesional. La que le habría servido para colocarse como líder en solitario del honorífico ránking de pelotari en activo con mejor palmarés. Pero nada más alejado de la realidad. El delantero de Ibero ya no sumó más. Su rival, 12 tantos del tirón. Del cartón 10, al 22. De una tacada. Con los únicos respiros de los tres descansos que solicitó Irujo (hasta entonces no había utilizado ninguno) con el fin de frenar una sangría que nunca pudo contener.
La historia de la alucinante voltereta de Urrutikoetxea comenzó con un descanso que solicitó su botillero, Pablo Berasaluze, que le recordó que los partidos no terminan hasta que alguien llega a 22. El alumno escuchó al maestro y recurrió a su mejor versión, esa de pelotari agresivo que le valió para derrotar a Oinatz Bengoetxea en semifinales. La misma que le sirvió para remontar en la jornada inaugural de la liguilla de cuartos de final ante el mismo rival al que ayer se enfrentaba. Sólo así se entiende lo que ocurrió después. El vizcaíno arriesgó, golpeó con fuerza e impuso su mayor frescura física. Fueron 12 tantos espectaculares en los que Urrutikoetxea sacó su lado más salvaje. Solo así pudo derrocar al anterior campeón y convertirse en el rival a batir.


JAVIER LEONÉ | PABLO VIÑAS
Diario de Noticias de Navarra

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