HISTORIAS DE LA PELOTA-VASCA
JEAN HETRRENTXU (GASKONIA) Y SUS CONTEMPORÁNEOS
EN EL SIGLO XIX
EN EL SIGLO XIX
Caserío donde nació el genio de la
pelota-vasca,
Jean Hetrratxun (Gaskonia)
Hasparren-Pirineos Atlanticos-Francia año1817-1859
Como se deduce de los
testimonios aportados, el héroe del partido de Irún fue Gaskonia, si bien todos
los relatos tienen su origen en “purrukatus” forofos diríamos ahora del bando
navarro-labortano (que no francés), que además resultó vencedor en el envite.
(La prueba evidente
de la parcialidad de los testimonios es que, habiéndose resuelto el partido en
el último “quince”, lo que indica la igualdad de fuerzas, no hay ni una sola
referencia a la actuación de los pelotaris de la provincia que algo tendría que
jugar, para perder por la mínima).
Volviendo al gran
Gaskonia el gascón de quien ya hemos dicho que su verdadero nombre era Jean
Hetrratxun, hijo de Salvat y de Catherine Borda, inquilinos ambos de la
propiedad de Oiharartiri, en Hasparren (según consta todo en las actas de
nacimiento) y bautismo de este pelotari, donde nació el 9 de abril de 1817. Contrajo
matrimonio en Urcuit, el 20 de junio de 1840, con María Darrigol, sobrina del
cura Barbine párroco de aquel lugar.
Jean Hetrratxun
(Gaskonia) murió en Hasparren, donde residía, en el “Hotel du Jeu de Paume” a
los 43 años de edad, el 24 de octubre de 1859.
No era pequeño de
estatura medía 1.70 aproximadamente pero como era voluminoso y ancho daba la
sensación de ser más pequeño. Se desconoce a ciencia cierta el origen del
apelativo “Gaskonia” que unos atribuyen a la naturaleza de sus padres lo que no
es cierto, puesto que sus apellidos son netamente vascos; como el hecho que de
mozo hubiera estado trabajando como “morroi” en Gascuña; algunos aseguran que
su padre ya llevaba este apodo y hay finalmente, quienes lo atribuyen al modo
de ser, bastante fanfarrón, que tenía este pelotari. Como quiera que sea, con
ese apelativo jugó hasta poco antes de morir. Si bien, había engordado tanto
que prácticamente su participación se reducía a dirigir el juego de pelotaris
más jóvenes, eso sí, con gran eficacia según parece indicar la estrofa cantada
por un “bertsolari” con motivo de un partido jugado en Hasparren en 1855: Era,
fundamentalmente jugador de rebote, su preferido.
Pero practicaba todos los juegos conocidos entonces a largo y a pasaka.
Pero practicaba todos los juegos conocidos entonces a largo y a pasaka.
También se asegura
que Gaskonia. Llegó a practicar el juego con el guante largo inventado por el
Molinero de Mauleon en los albores de la segunda centuria del siglo XIX año.
Respecto a esta versatilidad de Gaskonia en el juego de la pelota cuenta d¨Elbee la siguiente anécdota. “Existía en
Saint-Jean-Pied de Port, en la casa de Elizondo, un trinkete cuyo dueño era
invencible, porque conocía todos los recovecos de la kantxa. Un día de feria se
hallaba éste birlandole los cuartos a unos
aldeanos jugando al “pasaka” cuando un boyero detuvo su carreta, subió
pesadamente las escaleras de la galería y se puso a contemplar el juego sin
hacer demostración alguna. Bajó luego a la kantxa, muy torpemente pidió un
guante, se lo puso y estuvo unos momentos ensayando en la kantxa, muy
torpemente por cierto. Propuso luego un desafío al trinketero.
Este aceptó y ganó…Poco podía hacer aquel paleto gordo que ni siquiera comprendía las reglas del juego, y que ni siquiera podía pasar por debajo de la red cuando tenía que cambiar de lado. Sin embargo el obstinado campesino propuso una revancha, atravesando una respetable cantidad que se apresuró a aceptar…!más le hubiera valido no hacerlo¡
Este aceptó y ganó…Poco podía hacer aquel paleto gordo que ni siquiera comprendía las reglas del juego, y que ni siquiera podía pasar por debajo de la red cuando tenía que cambiar de lado. Sin embargo el obstinado campesino propuso una revancha, atravesando una respetable cantidad que se apresuró a aceptar…!más le hubiera valido no hacerlo¡
El pobre hombre no
sabía ahora ni cómo defenderse de la avalancha de pelotazos que le llegaban de
frente por alto, por bajo, en carambolas, con una precisión y una rapidez
enloquecedoras. Los juegos se sucedían vertiginosamente y el obeso campesino,
se mostraba cada vez más ligero y dominador; estaba en todas partes y se
permitía pasar de un lado a otro, cuando le correspondía, saltando ágilmente
por encima de la red.
En esto, de la
galería que se había ido llenando de curiosos partió una voz que dijo ¡retírate,
desgraciado, ponte a salvo¡ ¿No has visto que estás jugando contra Gaskonia? ”El
relato de la anécdota parece dar a entender que Gaskonia aprendió en esta
ocasión a jugar a “pasaka”. ¡Buena pieza¡ este Gaskonia que decidió aligerar el
bolsillo de quien siempre parecía dispuesto a aligerar el de otros. Gaskonia,
vivió, como pelotari, en olor de multitud y su fama palideció la de Perkain. Se
cuenta, a este propósito, la anécdota del superior del Seminario de Larresoro
que un buen día preguntó a un joven vicario, el P. Bode, que dividía su afición
entre la oratoria y la pelota. Dígame, Bode, ¿Quién preferiría Vd. Ser, Bossuet o Gaskonia?
Tras una breve
vacilación, como temeroso de la heterodoxia de su respuesta, el joven
seminarista confesó sin el menor asomo de duda: Gaskonia por supuesto.
Como ya habíamos
dicho antes
Gaskonia murió el 24 de octubre de 1859. Fue una víctima más de los centenares que hubo en Lipurdi como consecuencia de unas terribles fiebres tifoideas, que se revelaron más mortíferas que los brotes de cólera advertidos cuatro o cinco años antes.
Gaskonia murió el 24 de octubre de 1859. Fue una víctima más de los centenares que hubo en Lipurdi como consecuencia de unas terribles fiebres tifoideas, que se revelaron más mortíferas que los brotes de cólera advertidos cuatro o cinco años antes.
Le asistió en sus
últimos momentos el vicario local, que era Gracián Adema, poeta y escritor que
firmaba con el seudónimo de “Zalduby” (y a quien debemos el relato del partido
de Irún que hemos consignado antes).
Gaskonia fue el más
“celebre” en su doble acepción de pintoresco y famoso de los pelotaris de la
primera mitad del siglo XIX.
El navarro. Cura
Pelotari D. Joaquín Gamio, contemporáneo de (Gaskonia)
Pero hubo otros que
si no alcanzaron la gloria de aquél, fueron en las kantxas dignos rivales suyos
y que le vencieron en varias ocasiones.
De entre estos ya
hemos tenido ocasión de hablar del cura Gamio, navarro como su asiduo
contrincante. Vicente de Aranaz. Y como navarros, fueron Manuel Axko, Plaza,
Bertatx y cuatro hermanos de Aranaz que actuaban con el apodo de “Urdiñak” y,
ligeramente posteriores, el muy famoso Juan Miguel Iribas, polifacético jugador
que lucía sus buenas cualidades como rebotista, como jugador de pasaka y
también, si la ocasión lo requería como jugador de lashoa, así como Valentín
Calatras, Lizureme y el apodado “Cartero de Andoain”.
De entre los
jugadores guipuzcoanos cabría nombrar al cura de Legorreta D. José Usularri, a
Irazusta, apodado “Tolosha” (hijo del jugador del mismo nombre y apodo,
contemporáneo de Bautista de Arraioz y
Mitxiko, a Miguel o Manuel Azpide “Melchor”, de Oyarzun (que recordamos del
partido de Irun), y del que muchos decían que era mejor, incluso que Gaskonia y
le llamaban “el Rey de la pelota”; a Manuel Antza, gran sacador, tanto en el
rebote como en el largo; a Ramón Iradi, recordado como el “Zurdo de Hernani”,
muy temido por sus rivales en el saque a largo; a su hermano conocido como
“Motza”, especialista en el saque a rebote; a Fagoaga, de Bera de Bidasoa,
apodado “Arrozko”.
No podemos olvidar
tampoco al cura de Lesaka D. Juan Bautista Iribarren y en especial a Manuel
Lecuona “Urtxalle”, el más destacado jugador de los territorios
vasco-meridionales, “extraordinario pelotari y hombre notabilísimo”.
A todos los cuales
sucedería, cuando ya apuntaban su decadencia como señala Peña y Goñi el
famosísimo Txikito de Azpeitia, “jugador admirable que los barrió como un
huracán y recogió con Urtxalle las postrimerías del último juego”.
Por Blazy, que
rescató sus nombres del olvido, conocemos de otros pelotaris
vasco-septentrionales, es el caso de los Lopetegui de Saint-Just, Merkalbide,
Saint-Jean
El histórico pelotari
vasco Manuel Lecuona (Urtxalle)
De Mauleón
“Molinero”, Mitxel Dihursubehere “Hauziartze”, “Tripero”, “Kandelero” (aparece
citado con ambas denominaciones), Dettxepare, Larrondo, Norberto, Belchor y de
posterior aparición, Bixente, Eliissamburu, Ottarre y Harriague.
A todos cuyos nombres
aún cabría unir al Txikito de Aranaz, al farmacéutico de Billabona, Inda, Pascual
Altamira, Orgambide, Coutelier y Txantrea.
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