miércoles, 24 de septiembre de 2014




HISTORIAS Y ANECDOTAS DE LA PELOTA DEL SIGLO XIX
TANDILERO Y PORTAL DOS PELOTARIS
PINTORESCOS



BUENOS-AIRES 1890
Pedro Etxeberria “Tandilero”, nació en Tandi (Buenos-Aires), el 13 de Julio de 1871.
Hijo de Guipuzcoanos, siendo tío suyo el famoso ( Trinketista) y maestro de todos los juegos Ignacio Etxeberria.
Tras unas actuaciones poco brillantes en España marcho a Buenos-Aires (Argentina).
En mayo de 1891 regresó de aquella capital y D. Candido Lara le contrato para la inauguración del frontón Jai-Alai de Madrid.
Tandilero no brilló gran cosa en sus actuaciones. En la cantxa era un jugador apático, corría poco y se contaba de él que llevaba años sin caerse en la cantxa y que un par de alpargatas le duraban madia docena de partidos.
Paulatinamente fue haciéndose pelotari y con su gran inteligencia, ayudada de la serenidad que tanto se le criticaba, llegó a ser figura destacada de la época.
Jugaba normalmente de zaguero y, gran economizador de su esfuerzo pocas veces rendía su brazo la totalidad que por su potencia podía esperarse.
Pedro Arrése Ygor Zaldúa “Portal”. El escritor Guipuzcoano D. Antonio Peña y Goñi
En su libro, lo describe. Desmadejado de cuerpo, con la boca abierta casi siempre y los ojos asustados; su brusco continente y sus andares recuerdan al antiguo boyero con la garrotas al hombro aguijoneando a los bueyes, maltrecho y pobre.
También este pelotari era desigual en su juego. Lo mismo lo arrollaba todo que comenzaba a fallar y perdía el partido de calle.
Su bolea era titánica y ello, unido a su habilidad y su gran revés, produjo un pelotari extraordinario.
Su saque ha quedado como ejemplo de saques violentos y decisivos. La especialidad de su juego era para luchas “mano-manistas” pues la potencia descomunal de su brazo hacia que el tanto lo tuviese casi siempre dominado.
En Buenos-Aires (Argentina) desarrolló un formidable juego. Aquellos frontones muy largos y de cantxa resbaladiza le beneficiaban grandemente.
Sin embargo, a su regreso decepcionó a la afición Madrileña. Solía hacer pareja frecuentemente con “Mardura”, frente a Elizegui y Samperio partidos en los que se cruzaban fuertes sumas de dinero.
Fue un pelotari formal y serio, querido de la afición y reunió en su carrera deportiva algún dinero que le permitió volver con algunos ahorros a su pueblo natal, Irura.

LAS SHISTERAS DE ETXEVESTE

AÑO 1889
Iba a América Gabriel Etxeveste en el año 1889, el Renteriano en el vapor Ingles “Potosí” fue el 14 de septiembre y tanto el como sus amigos jugaban sobre cubierta antes de comer cuando se oyó la voz de ¡Fuego a bordo¡
Gritos carreras, espanto en una palabra y en medio de aquella batahola no se le ocurre a nuestro hombre más que decir cruzándose de brazos:
¿Y que va a ser ahora de mi baúl y de mis shisteras?
Y lo más chusco fue que no hubo tal fuego sino que fue un simulacro de incendio ordenado por el Capitán para comprobar el buen servicio de incendios a bordo del “Potosí”.

LA INTEGRIDAD DE GÁMBORENA


Nos lo cuenta Mariano Andrade, en el libro “Carácter y vida intima de los principales Pelotaris” publicado en el año 1894.
Gámborena agradece mucho los aplausos y no teme las amenazas, y a propósito recuerdo el contenido de un anónimo que se le dirigió una tarde que tenía que jugar en el frontón “Beti-Jai” y que en el intendente tuvo a bien enseñarme.
En el se decía poco más o menos lo siguiente.
“Hoy tienes un partido que puedes perder sin que a nadie le pueda extrañar pues es un partido muy fuerte para ti, así era en efecto.
Procura salir por delante de manera que yo pueda jugar en buenas condiciones en contra tuya, si así no lo haces te juro que como nada tengo que perder, pues ya me he arruinado completamente te juro que no has de vivir veinticuatro horas”.
En efecto Victoriano Gámborena, “pegando” de una manera terrible llego antes que sus contrarios a la primera y segunda decena pero…después “pego” todavía más y llego a la tercera y cuarta y quinta dejando “hechos polvo” a sus rivales.
Lo que a un hombre de pelo en pecho hizo llorar y perder un partido lleno de miedo a un chiquillo como Victoriano, le tuvo sin cuidado después del partido le dije en broma.
“Menuda zurra te van a dar hoy” y me contestó, “que vengan, que vengan ya les daré yo anónimos y ocho cuartos”.

SIMÓN BOLIBAR PELOTARI


MADRID AÑO 1799
En confirmación de tal aserto pongamos de relieve un hecho acaecido en el año 1799 entre dos futuros paladines de naciones.
Uno de los personajes se llamaba Simón Bolívar.
Contaba éste a la sazón (17 años). Dedicado a la milicia con el grado de subteniente, su padre le envió a Madrid a completar su instrucción y educación, harta deficientes.
Durante ese viaje fracasó en sus gestiones de entablar relaciones con el futuro Emperador de Francia Napoleón Bonaparte, con todo en su ambición dio su nombre a las sociedades secretas.
En la capital Española brillaba la estrella de otro “Caraqueño” llamado Manuel Mayo, guardia de “corps” de la Corte, influyente con la Reina María Luisa, pintada por el mágico pincel de D. Francisco de Goya.
Desbancada la privanza del otro palaciego, Godoy. A él venía recomendado nuestro Simón Bolívar.
La opereta real protagonizada por aquellos admitía desde este momento a otra figura, Simón Bolívar que a su vez consiguió eliminar la influencia amorosa del privado Venezolano.
Las idas y venidas de Bolívar en compañía de María Luisa al Palacio Real se hicieron frecuentes.
Un día concertaron un partido de pelota en Aranjuez, el Príncipe  D. Fernando y Simón Bolívar.
Tal suceso no merecería el honor del recuerdo si no fuera por el final tragicómico.
Cuando más ardientemente disputaban a raqueta, el venezolano, desde la zaga, cometió un a pifia fenomenal, dando la pelota en la cabeza del más tarde rey de España.
El gorro del Príncipe voló  y de resultas del golpe quedó conmocionado. Pero fue más el susto que otra cosa.
Años después comentando el “Libertador de América” descendiente de vascos, aquel episodio afirmaba socarronamente.
“Quien habría de decir a Fernando VII de España que había yo de arrancarle más tarde los más hermosos florones de su corona…”
Así sucedió efectivamente:

LIZUREME CONTRA TXIKITO DE EIBAR



AÑO 1885
Ocurrió en el año 1885. Se trataba del famoso desafió entre Lizureme, a “cesta-punta) contra Txikito de Eibar” a pala, partido que perdió Txikito, a quien se le achacó escasa previsión, por concertar una lucha de armas tan desproporcionada.
En el transcurso de este partido, en una jugada en que Txikito de Eibar estaba dominado Lizureme hizo una cortada a la que Txikito corrió todo lo que le fue posible.
Al comprobar que era imposible llegar a la pelota arrojóse al suelo, del que hubo de tirar la pala con tal acierto hacia la pelota que, dándole con la parte gruesa de aquélla, la hizo buena.
Pidió Lizureme con un grito la falta, y los jueces se reunieron a dilucidar ante el griterío del público, en su opinión dividida, que estimaba sobre si debía considerarse buena, o debía considerarse mala.
Los jueces de los dos lados no se ponían de acuerdo y entonces el juez de centro decidió la jugada señalándola falta, basándose en que en el momento de dar a la pelota no fue el propio pelotari el que le dio, sino un instrumento que debe estar en contacto continuo con el pelotari.
Precisamente en la nueva reglamentación de pelota queda ya recogida la decisión de esta jugada, señalándola falta en consonancia con la decisión tomada en este encuentro.



EL HUMOR DE TXATO LARRINAGA

Muchos recordaran al famoso pelotari Txato Larrinaga que se caracterizaba siempre por su pésimo humor,
Se cuenta de él que salía un día del frontón en ese estado de ánimo cuando se ha perdido el partido y un mendigo le interceptó el camino pidiéndole una limosna porque tenía siete hijos.
El amigo Larrinaga le contestó rápido “con siete se planta uno y no pide”.
También se cuenta de este mismo personaje, celebre por sus rápidas respuestas denotadotas de un talento despierto que en cierta ocasión le pidió un préstamo un amigo suyo, aludiendo a su buen corazón y el, que no quería prestar ese dinero porque sabía que no iba a volverlo a ver le contestó rápido como siempre.
“De buen corazón nada tengo muchas palpitaciones”.


BUENAS NOCHES

Se jugaba un partido de pelota en Pamplona y en él tomaban parte el famoso aficionado Eraso,natural de Uterga, que a pesar de su  defecto de ver por un solo ojo jugaba maravillosamente,
Actuando de delantero, en una ocasión en que volvía la cabeza en el momento de soltar un sota-mano su compañero recibió un tremendo pelotazo en el ojo sano que sin duda el debió prever que era mortal porque llevándose la mano donde recibió el golpe exclamó:
“Bueno adiós, que para mí se ha hecho de noche”
Y en efecto el pobre muchacho quedo ciego; aunque dentro de la tragedia no deja de tener cierta gracia lo sucedido.
Lo contamos tal y como lo cita D. Emilio de Arangüena.

JULIÁN GAYARRE Y LOS PELOTARIS


MADRID AÑO 1880
“El Txikito de Eibar” se llamaba Indalecio Sarasqueta nació en el Caserío de Aizpiri el 22 de mayo de 1960 en Durango, falleció en el año 1900 cuando todavía no había cumplido los (40 años).
Su vida de pelotari fue corta pero según los críticos de la época fue el más grande de su tiempo y se le llamo “El Napoleón de la Pelota”.
Fue un pelotari todo terreno que jugó a todas las modalidades de la pelota, cuando contaba con 16 años se enfrentó por primera vez al famoso “Cura de Laba” de Markina, en un partido a mano que ganó “Txikito de Eibar”, a partir de ese momento comenzó a hacerse popular hasta tal punto que en el año 1880.
Durante su estancia en la capital, la colonia de aficionados a la pelota, entre los que se encontraba Julián Gayarre, se celebro el partido entre Txikito de Eibar y Pola de Markina contra Fermín Etxeberria, un Clérigo que jugaba muy bien a pelota y era asiduo a la tertulia de Julián Gayarre.
El partido se concertó de la siguiente forma Txikito y Pola jugarían a mano y el Clérigo a pala.
El partido se jugó en el frontón del Retiro que como buen sucesor y heredero material e ideológico de inquisidores pagaba muy duro y devolvía las arrimadas de revés sin cambiar de mano la pala.
El Clérigo ganó el partido a los manistas. De esa fecha data la amistad entre Julián Gayarre e Indalecio Sarasqueta,(Txikito de Eibar) se prolongó varios años más en Argentina donde llegó a ser “Intendente” del frontón Nacional de Buenos-Aires, y, en 1886, regresó a su tierra Euskalerria.
En el verano de 1887 según relata Hernández Girbal, Biógrafo de Julián Gayarre, el gran tenor invitó al Roncal a la inauguración del magnifico frontón con el que el tenor obsequiaba a su pueblo.
Dos años más tarde en el verano de 1889,según el Biógrafo Anselmo González, Txikito de Eibar se presentaba de nuevo en el Roncal, pero esta vez no lo hacía como pelotari sino como amigo de Julián Gayarre en representación de la empresa Teatral Bonaerense, que deseaba a toda costa llevar otra vez a Julián Gayarre a los Teatros Sudamericanos, ofreciéndole un “cachet” tres veces y media mayor que el habitual del gran tenor en aquella época, y para que los Teatros no tuvieran ninguna dificultad en pagárselo, el Gobierno de la República Argentina garantizaba, con una fuerte subvención, a la empresa que consiguiera contratarlo.
Pero la recia hombría del Roncales quien ya sentía unas dolencias muy acusadas en cuanto a catarros, afonías y dolores pectorales le impidió aceptar la fabulosa oferta, alegando que unas sumas tan grandes, sólo podrían ofrecérsele al Gayarre de la plenitud de facultades, y, él por el momento, no se sentía seguro de si mismo, aplazando la posibilidad de aceptar aquel formidable contrato hasta que finalizara su inmediata temporada en Madrid, en la que se presentó en escena el (31 de Octubre de 1889) con la obra “Lohengrin” Opera que cantó tres veces: y a continuación cantó cuatro veces “Mefistófeles” y una de “Pescatori di Perle” pero a pesar de los grandes aplausos y la insistencia del público, no repetía ninguna de las Arias que le habían hecho famoso, y, como todos sabemos, el 8 de Diciembre, se sintió mal en plena representación, que terminó agotando las fuerzas que le quedaban.
Julián Gayarre fallecía 25 días más tarde, en su casa de la Plaza de Oriente de Madrid.
La fecha de su fallecimiento fue el (2 de Enero de 1890). Según el Biógrafo Enciso, había también, otras ofertas de una cuantía parecida a la ofrecida por el Gobierno Argentino.
Una de ellas era del Empresario Angelo Ferrari, quien ya lo había llevado a Buenos-Aires, La Plata y Rió de Janeiro en el año 1876.

No hay comentarios:

Publicar un comentario